Recorrieron los sectores menos favorecidos del Perú, dando espectáculos y talleres en las calles, plazas o locales. Esto les hizo conocer una realidad compleja: el gran potencial cultural y natural del Perú, así como las enormes brechas de inequidad que posee.
En 1992, quisieron seguir avanzando y adquirieron una Casa, en la que implementaron el teatro y la escuela. Hoy en día es la sede central. También se abrieron los “Talleres para Niños y Adolescentes” y el programa de “Capacitación e Intercambios” con escuelas y artistas internacionales.
Su crecimiento no se detuvo y es así que en el año 2003, tuvieron sus dos propias carpas. Trasladaron el "Mundo Tarumba", con espectáculos y talleres, convirtiéndose así, año a año, en una tradición para el público limeño y de otras regiones del país.